Traductor

viernes, 27 de junio de 2014

El Legado de los Aborígenes.


                                 


                        El Legado de los aborígenes

 Desde muy pequeño era atraído por las cavernas. Sentía como si los espíritus olvidados, ejercieran la atracción de mi alma para que yo entendiera lo importante que son o fueron algún día.

 Buscaba en sus entrañas trocitos de historia y conocimientos geológicos. Esto último, para un analfabeto en la materia, no me enseñó mucho. Pero sí, sobre las costumbres de nuestros aborígenes, los sufrimientos de los presos, los corsarios y piratas y los sin techos. Pude encontrar utensilios usados por reclusos obligados a llenar grandes bolsa de guano de murciélagos dentro de una cueva con un calor asfixiante. Pude conocer la visita de famosos piratas a las grutas existentes. Conocí del hombre con su familia que tenía, por techo y paredes, rocas.

 Un día entré en una pequeña cueva, casi olvidada, en el centro de la Isla. Llevaba un cámara fotográfica de 35 mm, sencilla y poco efectiva, pero lo suficiente para poder mostrar a mis amigos el tamaño de unos escorpiones negros, como si fueran de luto y una cola encorvada hacia arriba con un aguijón nervioso buscando víctimas. Sin embargo me fascinó un muñeco pintado en la pared. Se podía confundir con un personaje de los dibujados por mi hija con la única diferencia que había sido hecho 600 años atrás. Le hice varias fotos. Ninguna salió.

 Era aficionado a la pesca y cada vez que íbamos a pescar a Punta del Este en la costa sur de la Isla, tenía que llegar a una cueva muy peculiar que se encontraba a unos 200 metros de la costa. Me fascinaba observar la cantidad de dibujos realizados por los aborígenes por mucho que los mosquitos al igual que el ejército de Guillermo el Conquistador querían derrotarme de forma fulminante.

  La Isla fue descubierta por Cristóbal Colón en 1494, sin embargo no es hasta 1903 que se llega a recoger algunos datos por el geógrafo francés, Berchón.

    El Dr. Freeman P. Lane, escribió, en el año 1910: "gruta profunda de 50 pies con bóveda agujereada en chimenea y paredes adornadas de dibujos indios". Los estudios realizados posteriormente aseguraban que la cueva había sido un templo precolombino.

 La Capilla Sixtina de la Isla de la Juventud cuenta con más de 200 dibujos que están ahora en serio peligro. La mano del hombre ha sido la culpable de que esas pictografías, objetos de estudio por los especialistas, puedan desaparecer. La cueva fue habitada por familia que cocinaba con madera, los turistas nacionales y extranjeros han escrito sus nombres o frase sobre los dibujos y ahora un hongo amenaza con borrarlo de sus paredes. La responsabilidad es de los que cometen vandalismo y dañan los dibujos pero también de las autoridades que no han realizado el esfuerzo suficiente para preservar tan hermoso legado.

 El legado de los aborígenes, salvémoslo.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario