Mi
querida fiel
¡Cómo la extraño! Estos
días en que la lluvia nos visita con esa impertinencia que nos empapa, más la
extraño. Y no es que la lluvia nos ponga en un estado melancólico ni mucho
menos pero los días así es cuando mas la extrañamos.
Recuerdo cuando nos vimos en aquella tienda,
Presentaba un aspecto interesante. Mis ojos se quedaron prendidos, como si
fuera con alfileres, a ella. Me pareció que me había sonreído y no se cómo la
tomé del brazo y nos fuimos a casa.
Desde entonces estuvo conmigo hasta aquel
fatídico día de tempestad. Lloré cuando la ví partir. No me importaba que la
lluvia calara mis huesos y que la gente se riera de mí. ¡Había perdido parte de
mí!
Siempre estaba junto a la junto a la puerta,
sonriéndome. Muchas veces ni siquiera la miraba y hoy, hoy que la lluvia me
empapa, vuelvo a recordar a mi fiel sombrilla