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martes, 7 de diciembre de 2021

La Sangre que Regresa


 La Sangre que Regresa (Antes El León Rojo Memorias de un Combatiente) es un libro que narra mi experiencia en la participación en la llamada Guerra de Angola. El libro, aunque es prácticamente mis memorias, a su vez contiene un poco de historia de ese conflicto. En esta ocasión, expongo algunos de mis pensamientos durante esa guerra publicando algunos párrafos del libro.

"Comenzó a llover, como colofón a una jornada de muchas acciones. El agua corría por todas partes. El herido comenzó a temblar. Estaba muy caliente. Nos acostamos junto a él. Alfonso por un lado y yo por el otro, abrazándolo, tratando de transmitirle calor. Era dramática la escena que formábamos los tres con aquella mezcla de agua, sudor, barro y sangre. Se escuchaban esporádicos disparos como si la energía de aquella batalla estuviera languideciendo. Los sonidos se iban apagando lentamente y no sé en qué momento nos quedamos profundamente dormidos. No comprendo como en esa situación pudimos entregarnos en los brazos de Morfeo pero también hay que tener presente todo lo que había sucedido en las pasadas cuarenta y ocho horas.

Había experimentado que en la guerra, o mejor dicho, en los momentos de vida o muerte, los humanos se comportan de forma diferente a lo habitual. Se cambian actitudes y aptitudes floreciendo otras cualidades y defectos que nosotros mismos desconocemos. Al final de una cruenta batalla, donde todo se ha destruido, el “Yo” de algunas personas se agiganta convirtiéndose en más egoístas, ruines, mezquinos y en otros desaparece, transformándose en “Nosotros”, con los mismos intereses, iguales preocupaciones y más solidarios. No conocía a Otero. Antes del combate no habíamos intercambiado ni siquiera una frase y allí, tanto Alfonso como yo, velábamos por su integridad corporal, como si fuera un familiar, exponiendo en peligro nuestras propias vidas."
 Me producía cierta vergüenza ver a oficiales del Ejército y de Tropas Especiales informándome de todo lo que yo necesitaba con la marcialidad y disciplina de un oficial ante otro de mayor graduación. Desconocían que estaban ante un mecánico de autobuses sin graduación alguna.

 En mis recorridos por las instalaciones pude apreciar las condiciones deprimentes de los soldados. Día y noche “enterrados” en las trincheras cubiertas de hierbas y en algunos tramos, con un poco de agua en el suelo.  Otros, debajo de los blindados. En todas las situaciones sus ropas y cuerpo llenos de barro, sin poder tomar un baño, con una alimentación, que aunque era suficiente y con abundante proteína, muchas veces no podían ingerir por estar llenas de tierra o gusanos. Algunos se deslizaban, con alguna excusa, hasta la Jefatura para poder estar de pie, observar el horizonte con más facilidad y charlar con nosotros."

" Como en muchas partes del Mundo, tuvimos fuegos artificiales en Navidad.  De todas formas en Cuba no se celebraba esa fecha pero los disparos de artillería con las campanas mortales replicando en nuestros oídos era la variante navideña de mi niñez.  Pensaba aquella noche en mi niña, mi esposa, en fin, en la familia. Ellos tampoco tenían Navidad por dos razones fundamentales: el Gobierno había prohibido las festividades por la fecha y por estar yo en la guerra. Pensé en aquellos que nunca volverían a Cuba. Pero no sabíamos cuando terminaría ese conflicto armado y cuantos más caerían en el camino.

 Una noche llegó un grupo de compañeros que se encontraban en el puesto de observación cerca de nuestra posición. Tenían hambre. No sé cuántos días llevaban en la cima de la montaña escudriñando el territorio enemigo e informando las coordenadas al León Rojo. Sus comidas habían sido latas de carne, leche, etc. en conservas, más la ración normal del soldado consistente en algunas galletas y más potes. Estaban contentos por haber dejado su mirador y volver a Kibala. Conversaban animadamente sobre los estragos que le producía la BM 21 al enemigo cuando uno de ellos se tiró al suelo, con las manos apretándose el abdomen y gritando desesperadamente."

En esos primeros días de nuestra nueva ubicación nos llegaron más cartas de nuestros familiares. Con ansias esperábamos esos sobres conteniendo letras que representan para los combatientes tristeza, alegría, nostalgia, amor, lágrimas, nudos en la garganta y mil cosas más y las cuales tenemos que leerlas sentados debajo de un árbol, en un rincón de una habitación o en un vehículo, pero siempre solos. Al final comentábamos con los compañeros: “Todo bien. No hay problemas”. Los combatientes, aquellos que con coraje estuvieron dispuestos a matar para no morir, repasaban una y otra vez los escritos, pasándose el dorso de la mano por los ojos para despojar las lágrimas que tímidamente asomaban en sus ojos. Era una escena triste, tierna y bella a la vez. Era la escena, repetidas varias veces, donde salía a flote los verdaderos sentimientos de los soldados. Algunos recibían fotos de un hijo o una novia. Yo también había recibido una de mi esposa y otra de mi hija que guardaba en los bolsillos. Ésta última, la situaba en el disco plástico del centro del volante cada vez que iba a viajar. La extraía, al finalizar cada viaje, para guardarla en el bolsillo de la camisa. La de mi esposa siempre estaba junto a mí."

"Era impresionante el recibimiento. Creo que desde enero de 1959, cuando el Ejército Rebelde entraba en la Capital, no se había producido un recibimiento voluntario tan participativo como ese que estábamos viviendo y donde nosotros éramos los protagonistas. Se sabe que todos los recibimientos a personalidades extranjeras o dirigentes del País, eran de una u otra forma, obligatoria. Casi todas las familias cubanas se vieron involucradas en esa guerra y por eso había una gran cantidad de personas que escudriñaban los ómnibus en busca de un rostro conocido. Multitudes de banderas cubanas, de todos los tamaños, eran agitadas por personas de distintas edades.  En el teatro nos encontramos con los compañeros de los cuales nos habíamos separados en el sur de Angola y los abrazos y saludos se sucedían. Los enfermeros no alcanzaban a satisfacer la demanda de pastillas de diazepán."

" Llegué a mi casa y mi madre gritó a mi esposa:

-¡Rolando está aquí!

  Salió con mi hija en brazos. Creo que fue el momento emocional más difícil de toda la contienda. Las lágrimas corrieron y el abrazo se prolongó. Mi hija no decía nada. Estaba viviendo algo inexplicable. No había palabras. Aquel hombre con barba incipiente, ropa verde-olivo, sucio y con mal olor, era su padre. Lo encontraba extraño. Seguramente algo notaba ella que había cambiado en mí. El sol, recién despierto, iluminaba aquella imagen de amor y ternura, de sonrisas y lágrimas.

 Había llegado el héroe de Angola con dos medallas ganadas y que luciría en el pecho ante los asistentes a los actos de homenajes y conferencias."

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sábado, 18 de enero de 2020

Una Democracia Distinta



                       
                         UNA DEMOCRACIA DISTINTA




Estamos viviendo un periodo terrible de la humanidad, sobre todo, en lo que concierne a la conducta y los pensamientos del ser humano. Lo considero peor que las catástrofes naturales, ya que como estamos actuando propiciamos muchas de los fenómenos naturales que traen consigo efectos devastadores.

En la etapa primitiva del hombre la función de cada uno en su tribu estaba bien estructurada y existía la jerarquía y el respeto a los ancianos. El sistema imperante en las sociedades primitivas e incluso en algunas comunidades indígenas de África y América del Sur, eran mas democráticas que muchas de las actuales democracias.

Las primeras Democracias presentaban múltiples defectos ya que existían los esclavos y las limitaciones electorales para las mujeres. A mediados del Siglo XVII se constituyó en América un Sistema de Gobierno llamado Haudenosaunee que fue el segundo, después de Islandia, que se regía por una constitución, en este caso, con 117 artículos. Si bien restringía el poder de los Gobernantes, limitaba algunos derechos a hombres y mujeres.

A través del tiempo algunas democracias se han ido perfeccionando, otras se mantienen estáticas, ajenas a los nuevos tiempos, pero desgraciadamente otras están regresando al estilo ateniense del Siglo VI antes de Cristo.

Me gustaría una Democracia donde el ciudadano, sin importar ideas políticas, identidad de géneros, razas, status social, tenga plena participación en aquellos asuntos que les pueda afectar. Las decisiones gubernamentales sobre aspectos relacionados con la Seguridad Social, Educación, Cultura, Construcción, Transporte, Deportes y otros, que se desarrollan o se vayan a desarrollar en determinada Ciudad, Municipio, Provincia y País, sean aprobados por sus ciudadanos, según el nivel que corresponda, a través del voto. Una Democracia donde los medios de comunicación no puedan ser manipulados por Partidos Políticos, Empresarios, Países o personas influyentes. Es muy importante que los ciudadanos tengan derecho a la educación, salud y deportes, totalmente gratis. Es necesario que los presupuestos sean llevados a votación y que en ellos se contemple un presupuesto para la Jubilación. Los ancianos han llevado una vida de trabajo, pero también de muchos acontecimientos que han incididos en sus vidas y es lógico que sus últimos años de vida no estén con la preocupación de que si no hay dineros para las pensiones, que si peligra la edad de jubilación o que no se pudo aumentar la pensión anual por falta de dinero. ¡Eso es inconcebible! Se puede afectar el dinero destinado a ayudas a otros países, el dinero destinado a la Monarquía (en aquellos países donde exista) y a los gastos de los políticos, independiente a los sueldos que devenguen. Los salarios de los políticos deben ser regidos  por el Consejo de Ministros y ser el único Órgano que lo pueda implantar, modificar o eliminar. Los sueldos vitalicios para los políticos, de cualquier nivel, deben ser abolidos y cobrar, si tiene la edad requerida, como jubilado. Teniendo en cuenta que hay países con una gran cantidad de Ministros, como India (56), Sri Lanka (49), Argelia, (33) Venezuela (29), para solo nombrar algunos, si cobran como promedio 70 mil euros harían un total de mas de un millón de euros. ¿Se imaginan lo que un País gasta en todos sus políticos? El sueldo devengado por un político, no debe ser un estímulo para fungir como tal sino, una retribución por su trabajado, como cualquier trabajador. El Político tiene que ser aquel cuyos intereses sea el bien del País, antes que su propio bien.

Las leyes sancionadoras de delitos de corrupción, prevaricación, robo y todo aquello que sea contrario a las normas de confiabilidad, respeto y honestidad de cualquier funcionario, deben ser extremadamente duras y según el caso, sin que prescriba y deben tener la aprobación de los ciudadanos con sus respectivas opiniones.

Tenemos que mejorar la Democracia, porque de lo contrario será barrida por aquellos que propugnan un Sistema ideal superior que no es mas que un totalitarismo disfrazado de Democracia.







Autor: Pedro Celestino Fernandez Arregui


lunes, 4 de febrero de 2019

Los Presidentes





                                        LOS PRESIDENTES

  Los Jefes de Estados tienen una labor ardua, compleja, responsable y ejemplarizante. ¡Se supone!  Sin embargo, son personas normales como usted, como yo, pero que tienen virtudes que los capacita para ser presidentes de una nación.

  El presidente de un país tiene poder y ese poder debe usarlo para el beneficio del pueblo que lo eligió. No es libre porque está sujeto a cientos de normas protocolares, de seguridad, morales, etc. Si lo pensamos bien, no es fácil el cargo de presidente de un país. ¿Por qué hay presidentes que se aferran tanto a su cargo? ¿Por qué hay algunos que hasta violan las leyes establecidas en su país para perpetuar su cargo? ¿Por qué usan todo tipo de artimañas para permanecer en el poder en contra de la voluntad de su pueblo? ¿Por qué son capaces de convertirse en tiranos? ¿Por qué siendo un cargo tan difícil, complicado y peligroso quieren seguir siendo presidentes?

 Todas estas preguntas tienen distintas respuestas según como lo miremos y depende quien lo analice, pero en mi opinión detrás de estos individuos existe una ambición personal que puede ser, sentirse poderoso, enriquecerse, sobresalir por encima de todo el pueblo, sentirse importante, gustarle ser venerado, que le rindan pleitesía, que lo obedezcan hasta los mas importantes personajes. ¿En realidad trabajan para el pueblo que lo llevó al poder?

  Un Jefe de Estado está rodeado de un entramado enorme que son los que llevan en realidad las tareas de gobernar. Sin embargo, puede decidir y puede aportar ideas y eso, les gusta.

  Otros tratan, y a veces lo logran, de llegar a la cúpula del Gobierno para enriquecerse o para lograr privilegios que sólo él puede disfrutar. De éstos últimos, está lleno el Planeta y son los mas renuentes a abandonar el poder.

 Siempre, en la oscuridad, hay una luz. Existen ejemplos de presidentes honestos y entregados por completo a sus respectivos países. Muy pocos, yo diría que solamente, dos. Sushil Koirala de Nepal y José Mujica de Uruguay. Sushil Koirala no tiene absolutamente nada. No tiene ninguna propiedad y solo tiene el sueldo que gana mensualmente y lo tiene consigo hasta que lo gaste porque no tiene ni cuenta bancaria. El presidente de Uruguay vive en su pequeña parcela, tiene un viejo auto y dona el 87 % de su salario a la construcción de viviendas para pobres.

 Por eso no hay que dejarse engañar por discursos bonitos y llenos de patriotismos. Hay que analizar las conductas de los candidatos, su honestidad y su sentir verdadero por el pueblo, sintiendo como propio sus problemas y no importarle secarle el sudor a un trabajador ni cambiar el pañal a un bebé de una madre pobre, sin cámaras ni periodistas. Quien no sufre como estudiante, obrero o enfermo no sabrá el remedio para curar sus males. Quien no ha sentido el sufrimiento de un anciano, un niño o una madre, no sabrá cómo protegerlos para que no sufran.



Autor: Pedro Celestino Fernández Arregui

miércoles, 11 de julio de 2018

Hospital General Palma de Mallorca

                                                                         

                                           Hospital General


Los hospitales guardan en sus paredes, como un bebé en el regazo de su madre, el dolor, el sufrimiento, la muerte, pero también la alegría y la vida. Hay hospitales con historias preciosas y otros con tristes historias. Hablaremos de uno en particular, el Hospital General de Palma, construido en el año 1475, ¡Diecisiete años antes del descubrimiento de América por Cristóbal Colón! Desde que se construyó fue un hospital. ¡Más de quinientos años atendiendo enfermos! Alberga en su patio interior la hermosa iglesia de Anunciación de Nuestra Señora, en la que gran cantidad de mallorquines veneran al Santo Cristo de la Sangre.
En la puerta principal de la iglesia, en el centro del patio interior y en algunas rejas y puertas pueden verse las iniciales o el escudo de la iglesia y de algunos de los principales patrocinadores de la obra, entre ellos, las familias Pacs de Cunilleres y Tomàs.
Este hospital fue producto de la fusión de siete hospitales. Un hospital para leprosos, (San Lázaro), otro para marineros pobres (Santa Catalina), otro para niños huérfanos (Rossos), entre otros. Esta fusión se debió a la necesidad de terminar con la falta de la correcta utilización de medios para el buen funcionamiento de dichos centros.
La construcción del Hospital General comenzó aproximadamente en 1460 sobre un terreno con más de ocho mil metros cuadrados. Un espacio cerca de la muralla, en un lugar espacioso y aireado. La responsabilidad de la construcción le fue otorgada a Bartomeu Catany pero hay que señalar que toda la ciudad se volcó en su construcción.
En aquella época, mucha gente optaba por la vida religiosa para no pasar penurias, y los templos acababan por convertirse en inmorales. Catany fundó la rama de los observantes que se comprometían a llevar una vida austera como San Francisco de Asís.
A aquellas pequeñas infraestructuras de asistencia limitada y escasos medios técnicos les seguía una nueva clínica. Sus pacientes podían dividirse en tres bloques: los pobres, los enfermos y los niños abandonados. En aquella época un hospital era también un centro de beneficencia. La salud del cuerpo era, además, tan importante como la del alma y el personal repartía, casi a partes iguales, medicinas y sacramentos.
La muerte de Bartolomé Catany, apenas le permitió ver la construcción del nuevo hospital. Fue enterrado en el Convento de Jesús, un espacio que hoy ocupa el hospital Psiquiátrico. Cuando quince años después falleció el padre Llobet quisieron enterrarle en la misma sepultura. Sin embargo, al abrirla encontraron el cuerpo de Catany incorrupto y perfectamente conservado. Una especie de milagro científico que dio aún más repercusión a su nombre. Hoy, enterrado en la iglesia de La Sangre, es exhibido al público y venerado cada 1 de noviembre.

martes, 15 de agosto de 2017

Mi Querida Fiel










                                                        Mi querida fiel

 ¡Cómo la extraño! Estos días en que la lluvia nos visita con esa impertinencia que nos empapa, más la extraño. Y no es que la lluvia nos ponga en un estado melancólico ni mucho menos pero los días así es cuando mas la extrañamos.
   Recuerdo cuando nos vimos en aquella tienda, Presentaba un aspecto interesante. Mis ojos se quedaron prendidos, como si fuera con alfileres, a ella. Me pareció que me había sonreído y no se cómo la tomé del brazo y nos fuimos a casa.
    Desde entonces estuvo conmigo hasta aquel fatídico día de tempestad. Lloré cuando la ví partir. No me importaba que la lluvia calara mis huesos y que la gente se riera de mí. ¡Había perdido parte de mí!
   Siempre estaba junto a la junto a la puerta, sonriéndome. Muchas veces ni siquiera la miraba y hoy, hoy que la lluvia me empapa, vuelvo a recordar a mi fiel sombrilla



martes, 4 de julio de 2017

Amor en la Tercera Edad









                                                 AMOR EN LA TERCERA EDAD
   Tomados de las manos, caminando sin rumbo fijo, contando historias ya contadas mas de mil veces. Entrar en una cafetería, un bar o una discoteca donde puedan bailar un danzón o un bolero. Llegar a la casa, unos minutos frente al televisor, luego ella se va a la habitación  y muy despacio se quita la ropa y se pone un batón. Él va para la nevera y se sirve un licor. Ella se peina su blanca cabellera y lo ve venir. Se levantan, se abrazan y  con miradas cómplices señalan la cama. Antes, toman precaución, por si acaso, un pomo de pastillas y los dientes en un vaso.
   Se revuelcan en la cama con sábana y almohada y comienzan a besarse cada rincón de sus pieles arrugadas. Según puedan, hacen el amor una vez o una y otra vez, hasta que comience la tos o les falte el aire, pero así felices, pasan la vejez.

 

Pedro Celestino Fernandez Arregui

miércoles, 26 de abril de 2017

De la Vida Real







  
 
                                                     De la Vida Real

   
     Es increíble como cada día nos materializamos mas. Es increíble como se van perdiendo los valores humanos. Pasamos ante un indigente y no lo vemos, pasamos ante una agresión a una mujer, un anciano o un niño y no lo vemos. Miles de gente mueren a causa de violencia, enfermedades y guerra y no lo sentimos si no nos toca.
    Hoy he vivido una actuación deplorable y por eso he escrito esta pequeña pero triste experiencia.
   Una señora sufre un ataque de nervios que llama la atención de todos los transeúntes. Entra en una farmacia y al poco tiempo llega la policía y mas tarde la ambulancia. Tratan de convencerla para llevarla al hospital pero se niega rotundamente porque en su mente no son policías ni médicos, sino, enemigos que quieren hacerle daño.
   El dueño de la farmacia se acerca a los que la persuadían y le dice que la sacaran pronto de ahí porque estaba perjudicando el negocio pues los clientes no querían entrar.
   Es verdad que algunos clientes no entraban pero otros, sí. No importa. Perjudicaba su negocio.
    ¡Una farmacia! Una farmacia recién abierta que deseaba buscar clientes a toda costa incluso, si para ello necesitaba sacar a una enferma del local.
    Quizás, muchos de los curiosos no se enteraron de su pésimo proceder. ¡ Qué pena!